Las luciérnagas aparecen y se llevan consigo el roció que cae al
verte.
Los ojos se cierran y dejan llevarse por los extraños ruidos que susurran,
en la noche del campo estrellado, que se asoma a lo lejos.
No hay nadie para celebrar que se hará de día y se ilumina tu sonrisa,
bajo la espesa niebla que el amanecer trae consigo.
Ya es tarde para arrepentirse…
Ya es tarde para decidirse…
Ya es tarde para querer esconderse del sol que con sus rayos marcan las horas del día…
Los ojos se cierran y dejan llevarse por los extraños ruidos que susurran,
en la noche del campo estrellado, que se asoma a lo lejos.
No hay nadie para celebrar que se hará de día y se ilumina tu sonrisa,
bajo la espesa niebla que el amanecer trae consigo.
Ya es tarde para arrepentirse…
Ya es tarde para decidirse…
Ya es tarde para querer esconderse del sol que con sus rayos marcan las horas del día…
Maselli, Carla
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