La noche se asoma y la piel empieza a
contar su historia, llenándose de adrenalina y pasión. Querer contar todo en
una noche es imposible y querer vivirla seria una perdida, porque lo mas lindo
es eso, vivirlas todas, todas las noches saber que jamás se vencería esas
sensaciones indescriptibles y únicas.
En cuotas seria lo ideal, en épocas lo más
sensato, en cuotas y en una época lo más hermosa.
Esas marcas que va dejando en el alma que
se borran con la salida del sol pero resucitan cuando se esconde.
En el aire corre un aroma extraño, un
aroma que solo pocas personas reconocen. Algunos dicen que es el olor a
lujuria, otros los identifican con soledad, mezclado con olores negativos.
Otros como yo lo identificamos con olores ajenos y cercanos, olores atractivos
y pasionales. Ajenos a uno, a la realidad, ajenos al sol y a la luz del día. Cercanos a uno, a nuestra
realidad y cercanos a la luna, a la
penumbra de la noche.
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