Hacemos muchos caminos a lo largo de la vida, cuanto mas
vamos caminando mas peso vamos cargando, peso de experiencias, de dolor, de
alegría, de recuerdos, que vamos colocando en maletas, bolsos, con rótulos y
etiquetas, que se van acumulando como piedras en una montaña, y así terminamos,
como una montaña de piedras en nuestros hombros, pero no podemos seguir
caminando así, el camino debe ser ágil y divertido, no pesado y aburrido.
Podemos caminar llenos de maletas, maletas con recuerdos,
las de las fotos, con experiencias con sabiduría y hasta las que tienen
melancolías, cuanto mas peso poseemos mas lento caminamos, y si caminamos
lentos, pesados y aburridos, podemos correr el riesgo de quedarnos en cualquier
puerto, tan solo para descansar y no seguir así, pero vos ¿te queras quedar en
cualquier puerto? O ¿queras llegar a ese puerto que tanto ansias , que tanto te
gusta, que tanto disfrutarías estar en el?.
No digo que si caminamos ligeros de peso caminaremos más
rápido, como una liebre, y llegar a un destino ideal y privilegiado, quizás
corras tanto que no observes por donde vas. Pero si vamos caminando pesados,
con mucho, pero mucho equipaje y caminamos lento, lento como una tortuga,
podemos obtener que de tan cansados que estamos ni podamos leer los carteles de
la carretera, y nos quedemos varados en cualquier esquina.
Pero si de cada valija agarramos lo más importante y lo
colocamos en 1 o quizás 2 valijas, el camino será ideal. En cada paso tendremos
lo que necesitamos, en cada esquina podremos mirara para que lado sigue mi
camino y el tuyo. Si uno tiene lo esencial y básico de ahí se pueden mezclar y
cambiar para conseguir diferentes resultados y llegar a puerto, a un destino
seguro.
Maselli, Carla
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